Recuerdo que pasé mucho calor, que el puente de Carlos estaba en obras y fue un infierno cruzarlo en hora punta, que me desquició no encontrar puestos de comida en la calle y tener que sentarme siempre para tomar un piscolabis y por encima de todo lo de la moneda, que me sigue pareciendo tercermundista. Ah! sí, y esos conciertos que organizan en todas las iglesias con unos cuantos must de la música clásica, a mi me parecieron un insulto a mi inteligencia,super klar!
Y lo del botellón, fue buenísimo: viví un botellón en plena Namestí Republiky(que era donde estaba mi hotel) con todas las calles acordonadas de policía, por eso me metí hasta la cocina a tomar las fotos. Para que luegon digan que lo clásico y lo moderno no pueden convivir...
Aún así ahhhh! qué recuerdos: Hotel Europa, Mucha, Estación Central, Callejón del Oro, Torre de la Pólvora, San Vito, los tranvías, todo el entorno del castillo...Y para una amante del art noveau como yo ...
convivir a diario con esa estética y sus objetos, un lujo, no cabe duda.
Praga SÍ
2 comentarios:
Un viaje pendiente!!!!
Besoooooooooooooosssss
Merece mucho la pena,
pero llévate un buen calzado que a mi los malditos adoquines me jodieron los pies.:(
Publicar un comentario